![]() Puntuaciones
|
General
Tracks
|
Música compuesta por Jan A.P. Kaczmarek. Orquestaciones de Dylan Maulucci, Marek Szpakiewicz y Jan A.P. Kaczmarek.
Interpretada por la Polska Orkiestra Radiowa dirigida por Łukasz Borowicz. Músicos solistas destacados: Leszek Możdżer (piano) y Marek Szpakiewicz (violoncelo). Orquesta contratada por Bogna Kowalska.
Grabada y mezclada por Rafał Paczkowski. Masterizada por Piotr Madziar y Tetsuya Naitoh.
Con Hachiko: A Dog’s Story (2009) Lasse Hallström nos devuelve al clásico lacrimógeno edulcorado con el que nos sorprendió en Las normas de la casa de la sidra (1999). Ambas películas se fundamentan en el uso o abuso de una fuerte carga emotiva y visual, y no es sólo este perrito con leyenda, sino la partitura de Jan A.P. Kaczmarek (Konin, 1953), un elemento narrativo que nos envuelve esta historia en un envoltorio perfecto. La imagen y la melodía de un Kaczmarek convencional pero muy efectivo sintonizan con el espectador; en Finding Neverland (2004) estábamos también ante una excelente partitura que se llevó el Oscar sin apenas encontrar las típicas críticas negativas. El director Lasse Hallström prefiere la música melodramática, es así como en su obra, The Cider House Rules (1999), pudimos descubrir la gran compositora inglesa, Rachel Portman (con la que repitió en Chocolat, en 2000).
La música que elige para sus filmes se ajusta a la introspección pero mantiene atento al espectador en los momentos de silencio, siendo así un elemento necesario y recurrente. Para Hachiko Kaczmarek trabajó su partitura con extremada delicadeza, y el resultado es una perfecta sintonía a través de temas melódicos construidos con gran sencillez, pero con gran maestría.
Hachiko: A Dog’s Story se construye a través de las omnipresentes notas del piano —quizás sea en The Visitor (2007) donde hallamos su correspondencia más fiel— y a través de orquestaciones más melódicas, más poéticas que nos recuerdan, inevitablemente, al universo de Finding Neverland (2004). La orquesta de cámara no es un recurso nuevo en Kaczmarek, es más, es su ama indiscutible, pero si tuviéramos que destacar otro instrumento narrador, ese sería el violoncelo de Marek Szpakiewicz (Lublin, 1970), un habitual en sus últimas composiciones (The Visitor) además de conocido concertista; y ya puestos en nombrar al violoncelista, hablemos de su pianista que también ha sido habitual en la obra del compositor polaco, Leszek Możdżer (Gdańsk, 1971) que es también colaborador de Zbigniew Preisner y asimismo es conocido como compositor.
Kaczmarek, Szpakiewicz o Możdżer son claros ejemplos de la nueva música polaca de cámara, aunque, como es lógico, la gran pantalla exige partituras como ésta.
En Hachiko resaltan por si solas dos claves temáticas, la intimista, Dance Rehearsal, Goodbye, Marriage Bath y la narrativa, temas de acción Under the Fence, Parker’s Dance Played on Piano, que se diluyen a lo largo de las 22 pistas, que desembocan en la carga lírico-nostálgica de los últimos minutos del filme, Hachi Waiting for Parker Again, Hachi’s Last Trip to the Station o Goodbye. El resultado es ciertamente interesante, por una parte Hallström que explora la emotividad del espectador y por otra Kaczmarek que mantiene al espectador-auditivo atento al desenlace de la historia; sin duda, una obra para disfrutarla, eso sí, acompañado de un buen stock de Kleenex.
Joan Martínez [2009-12-27]