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Música compuesta por Rachel Portman. Orquestaciones de Rachel Portman y Jeff Atmajian.
Interpretada por una orquesta de sesión de Londres dirigida por David Snell. Músicos destacados: John Lenehan (piano) y Nicholas Bucknall (clarinete). Orquesta contratada por George Hamer.
Grabada y mezclada por Chris Dibble. Album producido por Rachel Portman.
La presencia de THE CIDER HOUSE RULES entre las finalistas a la mejor película era una sorpresa teniendo en cuenta los resultados obtenidos en la taquilla norteamericana. Por otro lado, la primera nominación de Rachel Portman después de su Oscar por EMMA (1996) fue percibida por una parte de la crítica como una de les más firmes candidatas en la edición de 1999. Las apuestas por esta partitura eren tan altas que la sorpresa llegó con la concesión del Oscar a THE RED VIOLIN (1999), una composición de John Corigliano muy en el estilo zíngaro.
Uno de los críticos que mejor han definido la partitura de THE CIDER HOUSE RULES es Christopher Coleman en Tracksounds, «un tema central muy simple para una de las mejores obras de Rachel Portman», superior en su argumentación a EMMA (1996). James Southall proponía en Movie Wave cuatro posibles influencias en la compositora inglesa: RUDY (1993) de Jerry Goldsmith, LEGENDS OF THE FALL (1994) de James Horner, la obra de Georges Delerue reconvertida en adagio y LITTLE WOMEN (1994) de Thomas Newman. Es precisamente en este último compositor donde encontramos la influencia más enriquecedora en la carrera de Portman. Los aires melancólicos de LITTLE WOMEN o incluso de FRIED GREEN TOMATOES (1991) habían dado resultados muy positivos. Portman trabajando en melodías muy parecidas confería al film el carácter tierno e iniciático en la vida de Homer Wells, desde que sale del orfanato hasta que descubre el amor y la traición. El hecho de tratarse de la misma melodía pero en continua progresión da esa sensación del «aprendizaje lineal de la vida».
En su afán de buscar influjos externos James Southall dejaba de lado la ascendencia más trascendente, la propia obra de Rachel Portman. En ADDICTED TO LOVE (1997) la presencia del piano como narrador de la melodía es ya latente. En EMMA el predominio de los instrumentos de cuerda es parte ineludible del juego lírico de la composición.
El piano como introductor-narrador de la partitura y la instrumentación de cuerda son las características esenciales de esta obra. La obertura (Main Titles) no es más que un juego de notas graves y agudas para piano que son enfatizadas por la orquesta. El tema retentivo, omnipresente en el score, es una bella melodía sin interrupción. Portman define de esta manera, desde el inicio, la carga emotiva de la obra, para la cual se hacía imprescindible la presencia casi única de los instrumentos de cuerda.
Un segundo ejemplo lo encontramos en Homer’s Lessons. La pieza la abre el piano interpretando les notes del tema central y dejando paso al arpa que en solitario repite les notes antes que los violines irrumpen para definir el tema central. Este simplismo que llama la atención y que quedaba matizado por C. Coleman, es el argumento de toda la partitura. Aunque se trata de un recurso que da coherencia y homogeneidad, las voces más díscolas criticaban la repetición del tema retentivo como el principal defecto de THE CIDER HOUSE RULES. Incluso asumiendo la repetición, la cual es innegable, el desarrollo y la coda (End Credits) introducen pequeñas variantes en la partitura y la instrumentación. El predominio de los instrumentos de viento en The Cider House y Homer Returns to the Orphanage marca esta tendencia muy usual, por otro lado, en Rachel Portman.
Valoración:
Joan Martínez [2000-04-30]