Parece claro que el mundo de las bandas sonoras para documentales ofrece en muchas ocasiones una perspectiva tanto o más rica que su homólogo para el celuloide. En un documental el compositor tiene una menor dependencia de las acciones o secuencias en pantalla, y esto influye de forma determinante en la creación de una música más inspirada en el conjunto, con entidad propia y por tanto mucho más disfrutable de forma aislada de las imágenes.

Un caso especialmente popular ha sido la reciente THE BLUE PLANET (2001), del compositor inglés George Fenton, un documental de la BBC sobre la vida marina. Otros trabajos más a la sombra, pero no de menos calidad, son AMAZON (1997), de Alan Williams, GALAPAGOS (1999), de Mark Isham, o OCEAN MEN: EXTREME DIVE (2001), de Cliff Eidelman, todos ellos producciones para IMAX. Es destacable la cantidad de obras musicales cuya inspiración viene directamente del mar, entre las que incluimos sin dudarlo este SETTING SAIL del prácticamente desconocido compositor y guitarrista belga Guy Cuyvers.

«La historia de la navegación es una historia de aventura, coraje e ingenio que abarca mucho más allá de la mera necesidad de transportar mercancías a través de los océanos. Desde el momento en que el hombre fue capaz de recorrer largas distancias por mar, su aislamiento decreció en gran medida. Con los navíos vendrían otras gentes y nuevas ideas. La interación resultante cambiaría la faz del mundo.

Injustamente, la historia marítima tiende a centrarse en los logros de la civilización occidental, como si no hubiera habido navegantes de importancia en ningún otro lugar. Nada más lejos de la realidad, puesto que las hazañas de los navegantes polinesios, árabes, indios y chinos están perfectamente documentadas y son no menos impresionantes que las occidentales.

SETTING SAIL rinde justo tributo a sus aportaciones, ofreciendo una ilustrativa perspectiva multi-cultural de la historia del hombre y el mar.

Es además una visión importante, ya que el mar nos enseñó mucho más que cómo ir de una parte a otra del planeta.»

Así queda resumida esta mini-serie televisiva de cuatro episodios que nos acerca a la cara menos conocida de la navegación, para la cual el compositor Guy Cuyvers ha creado una música increiblemente inspirada, variada y viva.

El disco abre con el tease o cuña inicial del documental, un tema condensado y épico que no será recurrente en la obra, apareciendo unicamente en dos ocasiones más, una de ellas bellamente interpretada por cuarteto de cuerda (Series theme string quartet).

La mayoría de temas de la primera mitad del CD tienen una evidente tendencia oriental, aunque se echa en falta la presencia de algún instrumento solista oriental (er-hu o flauta de bambú) que hubiera subrayado este aspecto. Dejando aparte este sutil punto (más bien producto de las fijaciones de este comentarista), en Arabian Sunrise, Imperial Visions o Voyage of the Dragon tenemos unos temas moderadamente épicos que nos arrastran a las aventuras marinas de los mares nipones. En esta moderación estriba el poder de esta composición, ya que no pretende avasallar al oyente con unas orquestaciones grandilocuentes sino que da protagonismo a los instrumentos solistas con pasajes delicados que abren paso a puntuales toques de masa orquestal, un efecto gratificante.

A medio camino encontramos la refrescante Aegean light, un interesante tema intepretado principalmente con mandolina. Un aire mediterraneo que no resultará nuevo para el aficionado, que rápidamente recordará el protagonismo de este noble instrumento de cuerda en la reciente CAPTAIN CORELLI’S MANDOLIN (2001), de Stephen Warbeck.

La segunda mitad del album és más nostálgica, aunque de esta parte destacamos la inusitadamente vivaracha Sagres at sea, la noble y triste Vanished glory o la casi romántica Frescoes. El CD cierra con una canción popular que recuerda un poco a las habaneras (Tumutea) y una revisitación del tema inicial.

Podemos resumir que este CD goza de una inspiración, personalidad y variedad extraordinarias que no son habituales en la música de cine contemporanea, y por tanto merece una atención especial para cualquier aficionado con amplitud de miras suficiente como para distinguirlo de la enésima y denostada edición de Star Wars.

A la fecha presente este CD puede conseguirse en algunas tiendas online especializadas en bandas sonoras (Footlight, Rosebud o Vinilo), aunque es de esperar que no tardará en desaparecer bajo la avalancha de mediocres lanzamientos (en versión normal o limitada) de los adorados compositores del populum. Para conseguir este CD en cualquier momento recomiendo visitar la estupenda web del propio compositor en www.guycuyvers.com y enviarle un e-mail para organizar un pedido.

El próximo paso serán sus trabajos previos, INTO THE RISING SUN (1998) y SEA SUITES (1995/1998). ¡Estén atentos a sus pantallas!

Valoración:

Martí Mesquida [2002-08-02]